A lo largo del tiempo, han sido muchos los esfuerzos que se han realizado para lograr recopilar algunos antecedentes históricos de la maravillosa parroquia de Huambaló, pues como pueblo se quiere conocer más a fondo sobre las raíces que los llenan de orgullo y que los distinguen del resto de lugares del Ecuador.
De esta forma, se puede destacar que la historia de Huambaló se remonta a tiempos precolombinos, previo a la llegada de los españoles.
¿Cómo saberlo?
En el caserío Surangay, en lo que hoy se conoce como San Antonio, La Merced y San Francisco. Fueron encontrados algunos objetos de barro y piedra; entre ellos pondos y restos de trípodes ceremoniales, considerados como las artesanías más antiguas del país y por ende vestigios arqueológicos de los antiguos habitantes del pueblo.
La historia de Guambahalo (hoy Huambaló) se enlaza con la costumbre de los pueblos aborígenes de asentarse en las partes altas de una montaña, como punto de observatorio ante posibles ataques y como estrategia de combate.
Los anotados asentamientos precolombinos, sin duda, pertenecían a lo que hoy es la jurisdicción de Tungurahua. De ello da detalle la historia de Pelileo, territorio del que se dice fue habitado por Pansaleos, Guambahaloes, Urupuquinas, Chimus, Pachanlicas y Chumaquíes, que arribaron a estas tierras siguiendo el curso del río Pastaza.
La autonomía de estos cacicazgos terminó con la conquista española. En 1570, Antonio Clavijo fundó Pelileo, entre otros pueblos de Tungurahua. Tras 250 años de sometimiento, en 1820 la provincia logró independizarse.
La Hacienda
Se conoce que hace unos 200 años, la mayor parte del territorio de la parroquia comprendió una gran hacienda, hasta principios del siglo pasado. Parcelada posteriormente en cinco haciendas pequeñas de lo que hoy son los principales caseríos de ‘Chaupiato’ (Segovia), Surangay, ‘Huayrapata’ (San Francisco), y ‘Pachanquí’ (La Florida), cuyos nombres originarios se han perdido con el transcurso del tiempo.